Si estás pensando en mudarte o consideras que los bloques de cemento y hormigón ya no van contigo, puede que una casa flotante sea la alternativa perfecta para ti.
Se trata de viviendas situadas en el mar o a orillas de ríos y canales que cuentan con todo lo imprescindible para vivir de una forma cómoda y diferente.
De la sencillez al lujo
Como en todo, existe una gran variedad dentro del mundo de las casas flotantes. En algunas reina la sencillez y practicidad mientras que en otras, el lujo se apodera de las estancias de este tipo de viviendas.
Puede que las casas flotantes más conocidas sean la de Ámsterdam. Allí, este tipo de alojamiento ha ido aumentando desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy en día, cuando podemos encontrar más de 2.500 casas de este tipo en la ciudad.
El precio de estas curiosas viviendas depende, como siempre, de los gustos de los inquilinos. Existen casas flotantes en las cuales los acabados y materiales empleados encarecen drásticamente su precio y otras, en cambio, en las que podrías ahorrar algunos miles de euros si la comparásemos con el precio de un piso o una casa convencional.
Es cierto que estas viviendas poseen un encanto especial e invitan a practicar un estilo de vida más libre y nómada pero, junto con las curiosidades arquitectónicas que encontramos en las casas flotantes, también debemos conocer algunos datos a tener en cuenta como por ejemplo, que los gastos de mantenimiento que conllevan son más elevados que los de una vivienda tradicional, al igual que una serie de impuestos especiales que tienen que pagar y un seguro también más caro que uno convencional.
Desde luego, en la variedad está el gusto y existen diferentes posibilidades y estilos de vida entre los que poder elegir el que más se adapte a tus necesidades y preferencias. ¿Cuál es el tuyo?
