Uno de los electrodomésticos más importantes y al que más uso le damos en nuestros hogares es la cocina. Es por eso que entre las interrogantes más comunes entre los usuarios está: ¿son mejores las cocinas a gas o las eléctricas? Sin embargo, no es que una sea mejor que la otra, cada una tiene su espacio y aplicaciones. En este artículo te explicamos con detalle sus diferencias:
Eficiencia y coste. La primera consideración es la eficiencia en términos de coste, en este sentido la elección del gas resulta la más apropiada por cuanto la electricidad es mucho más costosa y al ser utilizada en el proceso diario de preparación de los alimentos, las cocinas eléctricas consumen demasiada energía.
Necesidades y usos. Para definir tu elección debes enfocarte en la forma en que vas a utilizar tu cocina, si eres de los que la usan a diario, utilizas mucho el horno o eres un chef, te conviene más la cocina a gas, porque con ella tienes mayor control sobre el calor que proporciona la flama. Puedes hacer cambios brucos de temperatura si así lo necesitas y además los alimentos conservan sus nutrientes y texturas mucho mejor que en la cocina eléctrica. Por su parte las cocinas cuya fuente de energía es la electricidad, resultan más lentas a la hora de calentarse y después de terminar su ciclo de cocción mantienen por mucho tiempo el calor en sus placas lo que dificulta manipular dicho proceso a voluntad del usuario. Sin embargo, como contraprestación proporcionan una mayor seguridad para las casas en la que habitan niños pequeños al garantizar el control del calor del horno de forma muy fácil y no existir riesgos de fugas de gas.
Limpieza y ecología. La superficie de una cocina eléctrica es más sencilla de limpiar que las hornillas y demás piezas de una cocina a gas, por lo que en este aspecto las cocinas eléctricas se llevan la ventaja. Según estudio del Lawrence Berkeley National Laboratory de 2014, “una flama constante dentro de una casa implica muchos más riegos en materia de contaminación que el modelo eléctrico, por cuanto los quemadores de gas añaden de 25 a 33% de las emisiones promedio semanales de dióxido de nitrógeno dentro del hogar”.